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¿Cambiarán los drones la manera de hacer entregas de paquetes?

Cada vez más empresas de logística y retailers recurren a los drones para las entregas de última milla.

25 de noviembre de 2021

¿Estamos cerca ver el cielo repleto de drones encargados de hacer el reparto a domicilio de nuestros pedidos?

Todo indica que sí. Cada vez más autoridades de aviación dan luz verde a las pruebas en este ámbito alentados por el creciente interés del sector retail y logístico.

El innovador español GesDron ha puesto en marcha en Madrid un proyecto piloto para la entrega de paquetes y comida a domicilio en el entorno del espacio de innovación urbana La Nave, en Villaverde Bajo (Madrid). Mientras, en Irlanda, el servicio de drones Manna reparte alimentos, comida para llevar y medicinas en dos ciudades, con planes de rápida expansión en el Reino Unido y Estados Unidos.

A principios de este año, la Autoridad de Aviación Civil del Reino Unido aprobó los planes de Sees.ai para empezar a realizar vuelos de prueba con pilotaje en remoto, lo que supone un importante avance respecto a las pruebas anteriores, en las que los drones tenían que estar a la vista de quien los pilotaba.

Mientras tanto, 16 organizaciones públicas y privadas de Suecia, Finlandia, Noruega y Dinamarca han respaldado una iniciativa para investigar el uso eficiente del espacio aéreo para los drones.

Los esfuerzos de Europa son un reflejo de los de Estados Unidos, donde empresas de logística como UPS y Amazon han puesto en marcha programas piloto tras la aprobación de la Administración Federal de Aviación estadounidense.

Un escenario que cambia rápidamente

Aunque estamos lejos de la adopción masiva, los drones tienen un enorme potencial para transformar el sector de la logística a medida que avanza la tecnología y aumenta la demanda de comodidad por parte de los consumidores, afirma Ashley Smart, director de desarrollo logístico para EMEA de JLL.

De hecho, la empresa de investigación MarketsAndMarkets predice que el mercado global de la entrega con drones crecerá de 528 millones de dólares en 2020 a 39.000 millones en 2030.

"Ha habido y sigue habiendo progresos en el lado de la I+D, y esos avances tecnológicos han estimulado a los gobiernos a presentar nuevas normas y regulaciones, que, por supuesto, difieren de un país a otro", dice. "Pero ha sido hace poco cuando los proveedores de logística de terceros (3PL) han empezado a dar pasos en este sentido ".

La empresa británica Royal Mail está probando por primera vez la entrega con drones de cartas y kits de pruebas Covid-19 en las Islas Scilly.

En Estados Unidos, el retailer Kroger está siguiendo los pasos de Walmart y está llevando a cabo sus propios programas piloto con drones para entregar alimentos en tan solo 15 minutos.

La tecnología de los drones también está evolucionando, con un nuevo modelo alemán de Wingcopter capaz de entregar tres paquetes de una sola vez.

"Todo apunta a un mayor uso, pero hay que superar algunos retos para que éste aumente más", dice Smart.

Desde la preocupación por la seguridad y la privacidad en el espacio aéreo más cercano a la tierra hasta la eficiencia energética, el reparto con drones aún no está preparado para el despegue comercial a gran escala.

Pero esfuerzos como la Iniciativa Nordic Drons -en la que se han unido varios países con áreas de regulación comunes- podrían acelerar las cosas, cree Smart.

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Hogares para drones

De vuelta a la tierra, las naves también tendrán que adaptarse para gestionar un flujo constante de entregas con drones.

"La forma en que los 3PL incorporen los drones desempeñará un papel importante en su éxito. No obstante, también se trata de preparar las naves para el futuro. Éstos han cambiado poco en cuanto a su configuración a lo largo de los años", afirma Smart. "Los edificios tendrán que acomodar los drones dentro de pocos años si los avances técnicos y normativos continúan al ritmo actual".

Incorporar puntos de carga, escotillas en el tejado o luces en el cielo, así como disponer de más espacio en el exterior para las plataformas de aterrizaje de los drones, puede suponer no sólo modificar el diseño de la nave, sino replantear las operaciones de recogida y embalaje, así como los métodos de envío.

"Los 3PL, más acostumbrados a enviar múltiples artículos, pasarán a enviarlos individualmente, lo cual ya es un gran cambio que hay que superar teniendo en cuenta los métodos de entrega tradicionales", afirma Smart.

El proceso de entrega de Royal Mail, por ejemplo, implica que un vehículo aéreo sin tripulación lleve hasta 100 kg de correo a un aeropuerto. Desde allí, un dron más pequeño lleva las entregas a puntos específicos.

"Y, por supuesto, las zonas urbanas también tendrán que replantearse su actual normativa sobre el espacio aéreo", dice Smart, señalando la estipulación de la capital de España que actualmente restringe los drones de las zonas urbanizadas.

Pero los drones están recorriendo kilómetros en lugares más remotos; la empresa francesa La Poste ha puesto en marcha un servicio de entrega a pequeña escala con drones que transportan paquetes hasta el pueblo de Mont-Saint-Martin, en los Alpes.

El coste de la ampliación puede plantear dudas sobre la viabilidad financiera y los daños y la pérdida de drones pueden desalentar a algunas empresas. No obstante, como señala Smart, los drones siempre han desempeñado un papel más bien secundario en el proceso de entrega.

"Ahora están en camino y el nivel de discusión entre los actores implicados en la cadena de suministro ha aumentado", dice Smart. "Con más pruebas en marcha, los próximos meses nos aportarán más claridad sobre el papel real de los drones en las futuras redes logísticas".

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